La noche es una gitana que se enamoró de la luna y le cantó por bulerías.

La luna, orgullosa en su firmamento, a la gitana despreciaba y su cante no sentía.

Lloraba la gitana el desencanto de su amor y por su tez aceitunada, un mar de lágrimas corría.

Magia del amor, cada lágrima que la gitana vertía… en una brillante estrella se convertía.

La luna, ahora bañada por ese mar de estrellas que la gitana le envía, depone sus armas, rendida ante ese amor del que saber no quería.

Enamorada ya la luna de la gitana, arrebujándola en su manto de luz blanca nacarada, le susurraba al oído y le decía:

- Cántame gitana mía, cante por bulerías, que yo a cambio prometo amarte, cada noche de cada día.