Quejidos de sol y sombra.
¡Olés truncados!
¡Amapola roja
sobre lienzo blanqueado!
¡Manos en aspaviento,
rostros desfigurados!
La tez lívida.
¡El alma se escapa
a pasos agigantados!
¡La amapola es un río
que con el albero
se ha casado!
¡Ocho manos, ocho,
el cuerpo han elevado!
Sobre tablas, veloz,
un murmullo ha cruzado,
detrás de una puerta
cuerpos y manos
se han ocultado.
¡Lagrimas en los tendidos,
llanto por el paseado!
¡Mientras, en el redondel,
el morlaco cae muerto
por un reflejo plateado!
¡Junto al burladero
yace la fiera
con un cuerno encarnado!
¡Ya no hay olés!
¡Ya se acabó la fiesta,
murmullos silenciados!
¡Que el alma de un torero
hasta el infinito
ha marchado!
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