Un momento robado a la cordura, un instante arrebatado a la realidad. Escribir se hace con el corazón, con la razón se revisa la ortografía. Y al correr del tiempo todavía se siente tan bien el dejar fluir las letras como dedos en el terciopelo de una piel amada, como labios en su espalda. Dejar salir las ganas de volar en el alma, de sonreír al día, a la noche sagrada. Y es que se siente tan bien entrar suavemente a las sensaciones vividas. Se siente tan bien aflorar deseos y sentimientos, pues no existe uno sin lo otro. Solo amando se logra llegar a lo más sublime, sólo así la vida es diferente, las nubes son copos de nieve, la calle un río de agua clara, y las miradas destellos de luz que dejan cegados y maravillados unos ojos al pasar. Y es tan fácil dejarse llevar por la ola de estremecimientos del ser interior, ese que nadie conoce, que nadie ve, pero yo te acurruco despacio hacia él. Entregarse por completo, dejándose llevar por este sentimiento que eleva adonde nadie ha sabido llegar, sin ser poeta, sin ser dios, sólo dejarse llevar. Aquí dentro está una sola palabra, un solo nombre, un solo rostro. Si pudiera llevarte todo cuanto siento, y entregártelo entero, como cada rosa, que es tuya, como cada pétalo que dejaría caer en tus manos… No es normal, porque el amor no lo es, no es razonable porque el amor se siente. Me encantaría que tocaras mis manos y al cerrar los ojos sepas de tu grandeza en mi interior, en cada latido de mi pecho, y sentir mi voz diciendo “aquí estoy”. Entregarte por completo un corazón de oro, de fuego, y de sol, que quema, que arde solo por ti.
This entry was posted
at 11:42
. You can follow any responses to this entry through the
comments feed
.
Las imágenes utilizadas en esta página aparecen publicadas en Flickr.
Licencia
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.