SAN JUAN
La noche se ilumina
en el estío,
sobre una fogata
mi cuerpo lanzo
al vacío.
En lo alto de una torre
las cigüeñas a los polluelos
cobijan en el nido.
La higuera primeriza
da frutos dulces
que calman el hastío.
Era por San Juan,
al mediodía,
el sol dicta justicia,
por la noche,
entre el mar y la hoguera
me recorre el cuerpo
un escalofrío.

SAN LORENZO
Mañana de sed
noche de infinitos brillos,
estrellas fugaces
que se acercan
y se alejan
como tu deseo
y el mío,
en un arroyo
estabas desnuda,
yo, tras las ramas
de un olivo,
un reflejo de plata
iluminaba tu cuerpo,
mis ojos eran
dos brasas de
carbones encendidos,
sudores en mi piel,
el seso aturdido,
era por San Lorenzo
las higueras
daban frutos tardíos.

SAN MIGUEL
Las moscas acuden
por San Miguel.
Racimos con
reflejos dorados
calman mi sed,
un calor viscoso
se pega a la piel
y nubla los sentidos
con besos sabor
a hiel.
Ya pronto caerá
la hoja,
justo a mis pies.
Suenan clarines
y timbales,
los toros mueren
en la plaza
por San Miguel.
