MOMENTOS ** Rafael García ** Relato por entregas  

Publicado por: Pandora

Nada más salir lo primero que hice fue inspeccionar visualmente la zona, derecha e izquierda. Hacia la primera dirección sólo vi casas, y al final de la calle campo, a unos 200 metros de mí. Parecía que se trataba de las afueras de donde quiera que me encontrase. A mi izquierda encontré una plaza, algo descuidada, que escoltaba algo parecido a un par de iglesias. Decidí adentrarme en el centro de aquella misteriosa aldea y me dirigí hacia la plaza. Conforme me iba acercando empecé a escuchar ruidos que provenían del interior de la casa en cuya ventana estaba atado el burro. Al instante salió un hombre a la puerta, alto, delgado pero a la vez fuerte. Tenía el pelo blanco. Seguramente aquella persona salió a la calle alertada por los gritos de aquella mujer y los niños. Se quedó mirándome, extrañado, quizás porque nuestras vestimentas no concordaban.

- ¿Quién eres tú? ¿Qué han sido esos gritos?

- Mmmm… hola –dije mientras sonreía forzosamente-, simplemente estoy perdido y me gustaría regresar a casa. No tengo malas intenciones, pero la mujer que entró en esa casa –señalé la casa de donde había despertado- no me esperaba dentro y se asustó bastante, llevándose a los niños con ella. Por cierto, me llamo Rafael.

- Sí, sí, sí, yo soy Juan, pero, ¿qué hacías tú dentro del colegio? ¿Acaso estabas robando?

- No, no, en absoluto, digamos que… -no podía contarle lo sucedido, no me creería y podría plantearse que me estuviese burlando de él- sólo necesito ayuda, simplemente no sé dónde está mi casa y quiero volver a ella, con mi familia.

- ¿Que te has perdido? Benacazón no es un pueblo tan grande como para perderse.

Aquello me dejó perplejo. En un principio creí que esa última frase que dijo Juan me la había imaginado, por lo tanto tuve que volver a preguntarle.

- ¿Qué has dicho?

- Pues que Benacazón no es un pueblo lo suficientemente grande para perderse en él. Además, todos los que aquí vivimos nos conocemos, pero tu cara no me suena en absoluto, y creo que Mercedes, la maestra, coincidirá también en que no te conoce a juzgar por su reacción.

- Espera, espera… ¿puede decirme por dónde queda Benacazón?

Juan comenzó a reírse y a mover la cabeza como si yo le acabase de contar un chiste. Cuando terminó de soltar carcajadas siguió hablando.

- Querido Rafael, estás en Benacazón.

Puedo asegurar que aquel momento fue el más confuso, absurdo y abrumador de mi vida. ¿Cómo que eso era Benacazón? ¿Dónde estaba mi casa? ¿Y mi familia? En ese instante pude ver cómo al final de la calle por donde huyó la maestra con los niños, venía un gran grupo de personas, encabezado por Mercedes y seguido por medio centenar de hombres de capa verde con escopetas al hombro.

- Parece que vienen a buscarte -dijo Juan- Seguramente han sido alertados por Mercedes a partir de tu encuentro dentro de clase. Ven, escóndete en mi casa hasta que me lo aclares todo.

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1 comentarios

Cada vez está esto más interesante. Me gusta, sí señor.

2 de mayo de 2010, 18:45

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